Schoenstatt es un movimiento de la Iglesia Católica, fundado en Alemania en 1914, en tiempos sumamente difíciles. Por aquel entonces, el joven sacerdote José Kentenich fue nombrado director espiritual de un grupo de muchachos en el seminario palotino de Vallendar, un pueblito ubicado en el valle de Schoenstatt a orillas del río Rhin. 

Junto a aquellos jóvenes, el Padre Kentenich se consagró a la Virgen en una pequeña capilla del parque del seminario. Allí, ofreciéndole a Ella su compromiso de aspiración a la santidad, y pidiéndole que los bendijera y que se estableciera en la capillita, el pequeño grupo de hombres selló una Alianza de Amor con la Virgen María, acto que se transformaría en el eje central de la espiritualidad schoenstattiana y en la piedra fundacional del futuro Movimiento. 

Los muchachos fueron enviados a la guerra, donde probaron su fidelidad a la Virgen, cuya respuesta no se hizo esperar: Ella bendijo a los jóvenes con abundantes gracias transformando la capillita en un santuario de peregrinación para miles de fieles. 

De aquella primera iniciativa surgió un movimiento apostólico que en la actualidad tiene presencia en ciento diez países de todos los continentes y que aporta una notoria dinámica misionera a la Iglesia. 

Como irrupción carismática en la Iglesia, Schoenstatt nace inspirado por el Espíritu Santo. Se nutre de la palabra evangélica y de la tradición de la Iglesia y responde con docilidad a los planes de Dios. Su finalidad es la renovación religiosa, moral y cultural del mundo en Cristo y María a través de la formación de un hombre nuevo en una nueva comunidad.